La amenaza de los nitratos al agua de boca en el medio rural

S.Ledesma
-

El 22% de los municipios de la provincia ha tenido sus aguas de boca (las que se ingieren) contaminadas por nitratos alguna vez en los últimos años

La amenaza de los nitratos al agua de boca en el medio rural

El 22% de los municipios de la provincia de Soria ha tenido al menos una vez sus aguas potables contaminadas por nitratos durante el período 2016-2020. Son datos del Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC), y que la Asociación Hacendera ha analizado y explicado a este periódico. De esos datos también se desprende que durante los años estudiados, 13 municipios dieron valores por encima de 39 mg/L, sin pasar de los 50 mg/L (dato límite para decir que hay contaminación). Esto significa que son pueblos «con serio riesgo de pasar a ser considerados contaminados si no se toman medidas». 

Su preocupación por ver que este «bien común cada vez más escaso» se encuentra en Soria en peligro de «contaminación y privatización» por «proyectos de ganadería industrial» llevó a la organización a sumarse el pasado verano a la iniciativa Red ciudadana de vigilancia de contaminación del agua por nitratos, promovida por Greenpeace en España desde abril del 2021. «Esta campaña establece un protocolo de varias mediciones al año y busca analizar los nitratos presentes en el agua, ya sea en la de beber, subterránea o en ríos y arroyos», indican desde la organización, «si bien la gran mayoría del agua para beber procede de agua subterránea». Hasta la fecha, la campaña se ha desarrollado en 46 pueblos de la provincia, en los que se han tomado 154 muestras «siempre acompañados de personas de pueblos de Soria». De acuerdo a los datos aportados por la Asociación Hacendera, «el 17% de las muestras de grifo, el 51% de las de fuentes, el 47% de ríos y/o arroyos muestreados y el 46% de las aguas subterráneas están presuntamente contaminadas o muy contaminadas». Las mediciones continuarán a lo largo de este año. 

La campaña está incluida en Sin agua no hay pueblos. El agua limpia es un derecho, un proyecto en el que Hacendera vio «una oportunidad» para «visibilizar la grave situación en Soria» de este recurso natural y así «activar la denuncia ciudadana, especialmente en los pueblos de cara a exigir un agua limpia, y la denuncia de los proyectos que la amenazan». «Queremos que las personas sean activas en la defensa de sus pueblos y de sus aguas», indican desde la asociación. 

Conocer el estado de las aguas subterráneas, de donde procede la mayor parte del agua de boca (la que se ingiere), es importante, pues «ni la sociedad ni las administraciones saben que su contaminación por nitratos es un gran problema». Además, los datos sobre su calidad «son difíciles de consultar y a algunos sólo se puede acceder a través de una solicitud oficial». Desde la organización aseguran que en provincias despobladas como lo es Soria «somos más susceptibles a que los controles sean menos rigurosos o incluso a que no los haya». Por ejemplo, aclaran, «el SINAC no obliga a hacer mediciones en pueblos con menos de 500 habitantes y en Soria el 90% de los pueblos no llega a esa cifra». 

Desde la organización recuerdan que «la Comisión Europea dicta que la presencia de nitratos en el agua puede tener principalmente dos orígenes: por el lavado de suelos ricos en nitratos como consecuencia de prácticas agrícolas (muy difícil de eliminar) y como consecuencia de la contaminación producida por el vertido de excrementos de animales (ganadería), el uso excesivo de fertilizantes sintéticos en agricultura y el vertido de agua residuales urbanas». En el caso de la ganadería industrial, aseguran, «se están convirtiendo los campos agrícolas en auténticos vertederos, donde las empresas se deshacen de las ingentes cantidades de excrementos generados. La intención no es abonar los cultivos, es deshacerse de estos residuos sin importar cuáles sean las consecuencias». 

La Asociación Hacendera insiste en que «se sabe que las aguas contaminadas por nitratos son muy difíciles y costosas de tratar; es casi imposible».  Por eso, desde la organización consideran que «lo más lógico e inteligente sería ir a la raíz del problema:las prácticas agrícolas y de ganadería intensiva actuales y las aguas residuales de los núcleos urbanos», así como «evitar que las aguas se contaminen más de lo que ya están». Porque, entienden, «es la única solución para evitar quedarnos sin este recurso natural limpio y de calidad o enfrentarnos a un problema monumental». El «consumo responsable», así como «elevar la voz para exigir agua de calidad» es ya tarea de los vecinos afectados por esta situación.