Juan Pablo Martínez

Juan Pablo Martínez


Ganado

13/04/2024

La corrupción y otros casos de dudosa calidad ética parecen haberse instalado en las instituciones. Es más grave de lo que parece. Ante la proliferación de diferentes episodios que alarman a la opinión pública me pregunto si tan difícil es asumir responsabilidades. No es un caso puntual de una mujer o de un de un familiar del presidente, o del 'caso Koldo', la supuesta trama corrupta que afecta a un partido completo como es el PSOE. Parece algo sistémico, pero nadie asume las consecuencias y los ciudadanos callamos y agachamos las orejas como buenos súbditos. No solo hablo del PSOE, empeñado en mantenerse en Moncloa a cualquier precio. Es cierto que otro de los grandes partidos, el PP, en este caso en menor escala, también está metido en el ajo del enriquecimiento ilícito con las mascarillas. Qué decir de Ayuso.
Sánchez y la cúpula del PSOE ven peligrar la legislatura por lo que podría ser uno de los casos de corrupción más graves de nuestra historia, acaecido en uno de los momentos más críticos de nuestro país. Terminar con el Estado de Derecho tal y como lo conocemos puede ser una solución a las posibles imputaciones. La impunidad a Puigdemont es un ejemplo. A esto le sucederán las comisiones de investigación a los jueces y el inminente resurgir del movimiento independentista. Tal vez este cambio de régimen es lo que necesita España para que la masa aborregada se dé cuenta de la realidad y no de lo que nos 'venden' los medios.
A la clase política le tiene que quedar claro que no somos como ovejas. Han de tener claro que sacamos nuestras propias conclusiones y somos ciudadanos con libre pensamiento. Aquellos con opinión propia no estamos muy bien vistos en estos tiempos, pero la realidad es que no podemos perder esa forma de ver las cosas o no seremos ciudadanos. Seríamos ganado que se mueve dependiendo de las necesidades de los políticos.