Aunque no lo parezca, los coches tienen alma, una peculiar versión en concreto. Cuando se van, dejan huella. Sus modelos marcan generaciones, épocas incluso. Tienen personalidad y en cierto modo condicionan la de sus usuarios o son una prolongación de ellos. Estilos, modas, formas de ser. Pero también condiciona la economía de la zona. España es el segundo mayor país productor y exportador de automóviles de Europa, sólo por detrás de Alemania. Y Palencia tiene un protagonismo grande en ese escenario. Uno de los que han hecho posible esa importante posición es el modelo Megane de Renault. Ahora deja de fabricarse.

Nació en 1995 y entre sus récords, haber sido el vehículo más vendido de la historia en un solo año, en 2004, que llegó a vender 117.000 unidades. Veinticinco a la hora, que se dice pronto. Un hito. Un modelo fabricado en Palencia, con el esfuerzo de miles de palentinos empleados de la firma del rombo, que ahora ven terminar una etapa. Y como el signo de los tiempos es ése, sólo va a quedar una versión de este modelo, pero eléctrica, que no se fabricará aquí. El Megane forma parte ya de la pequeña gran historia de nuestra Comunidad.

La industria del automóvil atraviesa un terreno desconocido. Disrupción tecnológica, disrupción empresarial, la resaca de la globalización. Los chinos al acecho, Elon Musk haciendo de las suyas con un Tesla como coche más vendido en Europa en su género. Bien pensado, nunca fue fácil competir. Pero España siempre ha tenido capacidad industrial en materia de automoción y nuestra región ha estado siempre por delante de otras muchas.

Afortunadamente llegan otros modelos en sustitución del Megane para que la cadena de Venta de Baños siga funcionando y drenando de recursos a la provincia como empresa puntera que es. Los nuevos vehículos se harán un hueco y encontrarán su camino. Pero por las calles seguirán circulando los "meganes" como testigos de una época brillante. Realmente siempre estarán con nosotros.