Pedagogo, etnógrafo, escritor, Gervasio Manrique (Osona, 1891-Madrid, 1978) fue alumno de Antonio Machado, amigo de Gerardo Diego y José Tudela, entre otros destacados personajes de la intelectualidad nacional, así como suegro del director de cine Luis García Berlanga. Autor de más de un centenar de obras literarias entre cuentos, leyendas, poemas, manuales de pedagogía, artículos periodísticos, biografías y estudios sobre folclore, ya está a disposición de los investigadores en el Archivo Municipal de Soria su fondo documental tras su reciente adquisición para el Ayuntamiento de Soria durante la gestión de Jesús Bárez como concejal de Cultura.
Mecanuscritos (algunos de ellos con anotaciones y correcciones de su puño y letra) de su ingente obra literaria, cartas, postales y felicitaciones recibidas de familiares o amigos, documentación diversa, desde libretas de ahorro a billetes de tren e incluso algún libro dedicado conforman este legado de justificada importancia para comprender a fondo no sólo la obra de este autor soriano que compartió mesa con Federico García Lorca o Rafael Alberti en la conmemoración del centenario de Góngora que dio origen a la Generación del 27, sino también para conocer mejor la Soria en la que vivió, estudió y trabajó como inspector de Educación (labor que continuaría ya en Madrid durante la II República Española y en Segovia, donde fue desterrado tras su depuración administrativa en la dictadura de Franco) con la que siempre continuó en contacto y en permanente vínculo cultural. Su legado personal se atesora en siete cajas clasificadas en tres apartados (Obra literaria, Asuntos personales y profesionales; Publicaciones de Gervasio Manrique y otros autores) y, asegura Eduardo Muro, ayudante del Archivo Municipal de Soria, ya ha recibido las primeras consultas de investigadores sorianos, ávidos por encontrar alguna pista sobre el posible paradero de Los cagarraches, una obra de Manrique sobre los temporeros de Campillo de Buitrago y las sierras de Alba en las almazaras andaluzas que no llegó a publicarse y permanece inédita.
Los documentos, destaca Eduardo Muro, se encuentran en «buen estado de conservación» aunque, en algunos casos, elementos metálicos como grapas o clips estaban oxidados y habían dañado levemente el papel en la zona afectada. Una de las primeras acciones que acometió fue la clasificación de la ingente cantidad de originales mecanografiados y demás documentos. Previamente fue el encargado de realizar la comprobación y autentificación del material de cara a la compra del legado. «Jesús Bárez se puso en contacto conmigo para ver si realmente merecía la pena comprarlo», relata el auxiliar del Archivo Municipal. Jesús Beltrán, que había adquirido los papeles a la familia Berlanga-Manrique, los había ofrecido al Consistorio dada la relevancia literaria e histórica de Manrique Hernández y las múltiples referencias a la capital soriana en su obra, como en el cuento La fuente de los leones, entre otros muchos. Para comprobar la autenticidad de los documentos, Muro solicitó información a la Biblioteca Pública de Soria y otras como la de Segovia, provincia a la que Manrique Hernández desarrolló también buena parte de su trayectoria literaria. Gracias a la comprobación bibliográfica de los índices bibliográficos pudo atestiguarse la importancia de estos documentos en los que, apunta Muro, puede confirmarse la calidad y, sobre todo, la precisión y el nivel de brillantez de sus escritos.
Los papeles de Gervasio Manrique - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínezcotejo de versiones. Los estudiosos también pueden cotejar diferentes versiones que elaboró de algunas obras como en el caso de La hora de los cuentos. En uno de los mecanuscritos figuran dos cuentos que no aparecen en ningún otro índice de ediciones publicadas: Pescador sin miedo a la guerra y Maravilla de dos niños atrevidos/ El niño pobre en busca de la suerte. Realmente, asegura Muro, que 'buceó' durante meses en los papeles para ordenarlos y clasificarlos según el sistema universal ISAD, pueden encontrarse «cosas muy interesantes».
Entre lo más llamativo y con carácter inédito se encuentran los guiones cinematográficos que Gervasio Manrique escribió a lo largo de su vida. Entre ellos destaca Tiempos felices, una obra de 99 páginas, con dos firmas autobiográficas del autor. «Se trata en el guión de esta película de presentar a los espectadores un mensaje sugestivo y encantador de los tiempos felices en que se vivían en las capitales de provincia en torno al año 1920», detalla la introducción. Los protagonistas son un grupo de «calaveras y repetidores» de los últimos cursos del Bachillerato» y, aunque sólo marque como escenario «una capital de una provincia castellana», parece obvio que Gervasio Manrique está pensando en Soria. Detalles como la referencia a «la República del Calaverón» donde esos alumnos tarabanas escenifican sus trastadas revelan sospechosamente que Manrique Hernández está pensando en esa Soria que él mismo conoció siendo niño y bachiller, quizá rememorando los tiempos en los que era alumno de Antonio Machado en el Instituto General y Técnico, centro educativo que hoy lleva el nombre del autor de Campos de Castilla. «Era un hombre bueno. Tenía un método muy moderno, el que había aprendido en la Institución Libre de Enseñanza: el diálogo con los alumnos», contaría muchos años después sobre su ilustre profesor en una entrevista en Radio Nacional de España (RNE). Mucho después de coincidir en las aulas sorianas coincidieron en el Consejo Nacional de Cultura ya co. «Allí le dije que había sido alumno suyo. Dio un paso atrás, se encandiló y me dijo: ¿Y tienes buen recuerdo mío?».
El legado documental de Gervasio Manrique está salpicado, de hecho, de referencias al autor de Soledades, galerías y otros poemas. Desde la carta que recibe en 1959 del instituto informándole de que ha sido creada por el Ministerio de Educación la cátedra Antonio Machado y aprovechando que su alumno, le remiten un cuestionario sobre el poeta sevillano para que lo responda. Entre los documentos también destaca las poesías que el propio Manrique compuso para el homenaje que se organizó en Radio Juventud.
Los papeles de Gervasio Manrique - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínezmás guiones. Los tiempos felices nunca fue llevado al cine. Pero revisando su legado documental está claro su interés por el séptimo arte. No es el único guión cinematográfico que ideó el autor de Leyendas y cuentos populares españoles, Manual de pedagogía social o Cultura popular pastoril. Con el número 6 figura Juan Cavila, un mecanuscrito de 96 páginas en formato de guión cinematográfico. «Lo que indica que otros cinco guiones anteriores. Los tiempos felices sería el quinto», señala Muro. Ninguno de ellos, como buena parte de los documentos del legado, está fechado. Su vinculación al cine también venía de familia. Su hija María Jesús se casó en el año 1954 con Luis García Berlanga director de Bienvenido Mr. Marshall, Plácido o la saga La escopeta nacional. Desde Venecia (posiblemente por la participación del cineasta en la Mostra de Cine), María Jesús envió a su padre una postal del puente de los Suspiros «y los tuyos por no poder estar aquí con el genio berlanguista», señala la misiva.
A la muerte de su esposa, la familia recibió multitud de cartas, telegramas y tarjetas de condolencia. Entre ellas, la de los actores Manuel Alexaidre y José Luis López Vázquez, que manda un «cariñoso y fuerte abrazo» a la familia de parte «de vuestro siempre buen amigo».
Su labor periodística (Manrique Hernández fue colaborador, entre otros muchos, de rotativos sorianos como El porvenir castellano, El avisador numantino, La cotorra y La voz de Soria) también ocupa buena parte de los siete archivadores en los que ha sido clasificado su legado. En él se pueden encontrar copias mecanografiadas de sus artículos y los recortes de textos publicados. Entre las curiosidades también figura la carta de 1963 en la que el periódico ABC, en el que escribía habitualmente, le devuelve un artículo, Extraña pedagogía, que había escrito en respuesta a otro de Francisco de Cossío. En la misiva el rotativo de ámbito nacional le señala que por orden del director Torcuato Luca de Tena, se determina para evitar un enfrentamiento entre los dos colaboradores del medio.
Son también abundantes las comunicaciones de editoriales con las que habitualmente trabajaba Manrique Hernández como Toray, Laboro Bruguera, entre otras, que pone de relevancia la importante labor literaria que siempre complementó su dedicación como inspector de educación.
al 80%. La reciente adquisición de la documentación personal del autor soriano se suma a los fondos documentales que atesora el Archivo Municipal de Soria, ubicado en la antigua Casa del Común, en la plaza Mayor. Está abierto a investigadores y a todos los ciudados en general que quieran conocer detalles sobre la historia del municipio. Con documentos que se remontan a finales del siglo XIII como el Fuero de la ciudad, recientemente digitalizado y proceso para que pueda ser consultado en formato 'on-line', las instalaciones se encuentran actualmente al 80% de su capacidad. El objetivo es que cada vez sea más conocido y visitado por los sorianos que quieran conocer un poco más de su historia. Un buen punto de partida, es el legado de Gervasio Manrique.