Piénselo bien: salvo error u omisión, en nuestra democracia quedan dos partidos robustos, el PP y el PSOE. Todos los demás experimentos se han ido por donde vinieron, desde las "sopas de letras" y los puzzles liberales hasta los ensayos de izquierda radical, nacidos para malograrse. "Si soy el más inteligente en la sala, estoy en la sala equivocada", sostiene Lorne Michaels, quien este año cumple el 50 aniversario dirigiendo "Saturday Night Live", el programa en directo más influyente en Estados Unidos y parodia de la política cotidiana. Esa frase, sin embargo, suele aplicarla al revés la nueva generación de todopoderosos edecanes de la política advenediza.
Asistimos de nuevo a varios episodios de incompetencia: "Vamos Palencia", anodino intento de sublimar lo palentino levantando cercas en lugar de buscar anchuras, ha expulsado de la formación a su 'capitoste' más representativo. Y uno se pregunta cuál es la aptitud real para resolver los problemas de Palencia por parte de tres que, en dos años se han quedado en pareja sin más. La perspicacia tampoco abunda entre los de Vox, cuyo "jasp" –haciendo más de Gallardo que de García– ha regresado del corazón a sus asuntos, justo cuando dos de los suyos, Teira y Hernando, se cayeron del caballo y descubrieron lo sectario de una estafa piramidal. Era, al fin, su propio partido. Poca cosa podrían aportar a la Comunidad si su campo visual no les permitía discernir, desde el principio, el elefante en la sala.
En definitiva, estos partidos de temporada acaban en lo mismo: expulsiones, grupos mixtos, actas sin entregar y peleas de gallos. Hay que preguntarse si ciertas formaciones de nuevo cuño no deberían evitar la política local, un terreno en el que hay que saber escuchar hasta con los ojos al ciudadano. Es frecuente que sus protagonistas salten de un partido a otro (alguno, como Bob Hope "ha estado en casi tantos lugares como mi equipaje"). ¿Por qué duran tan poco los mimos en los partidos pequeños? Será porque la política seria es para los mayores de edad. Y esto aplica tanto a los partidos como a sus miembros.