No solo miente y engaña de forma sistemática, sino que no tiene el menor pudor en utilizar la presidencia del gobierno para asuntos privados, asuntos que sus antecesores en Moncloa tuvieron buen cuidado de colocarlos en el apartado "gastos personales". Ahora Pedro Sánchez tampoco ha tenido pudor en aprovecharse del cargo para apuntarse tantos electorales.
Ha ido a Ferrol veinte días antes de las elecciones gallegas, y anunció allí la construcción de un buque que va a significar miles de puestos de trabajo; más la supervivencia de docenas de empresas en crisis porque dependían de la actividad de Navantia. La construcción de ese nuevo buque garantiza el futuro de esta gran empresa naval que esporádicamente atraviesa momentos que parecen insuperables por la falta de contratos. Como le ocurría ahora.
La noticia es excelente, pero no se ha anunciado cuando el gobierno tomó la decisión, que evidentemente no ha sido la semana pasada ni hace un mes, sino que se esperó a la campaña electoral donde el PSOE y Sánchez -más que el PSdeG- se juegan mucho. No hay que olvidar que desde que es presidente Sánchez no ha ganado ninguna elección, y eso mina su imagen como gobernante.
Todos los partidos se vuelcan estos días con Galicia para apoyar a sus candidatos, pero en el caso de Feijóo es lógico porque es su tierra, como ocurre también con Yolanda Díaz. Es verdad que los diferentes presidentes de gobierno, con mayor o menor intensidad, han participado siempre en las campañas autonómicas para ayudar a los suyos, pero en este caso Pedro Sánchez ha tintado su visita de oportunismo. Y los ciudadanos, gallegos y no gallegos, saben diferenciar muy bien quién se mueve por interés y quién para sacar provecho, y no hay dudas de que la clave de este viaje a Ferrol y el importante anuncio es que las elecciones están a la vuelta de la esquina y la situación del PSOE es regular tirando a mal.
Hasta ahora Sánchez no había dado muchas pruebas de que le interese especialmente Galicia ni los gallegos. Probablemente porque considera que es territorio excesivamente PP. Pero si fuera ese el caso, lo inteligente habría sido volcarse más con esa tierra, para demostrar así que sí le importa Galicia. Si no tanto como Cataluña, a la que tanto mima y a la que tanto da, por lo menos que le guarda cierto afecto.
La noticia de Ferrol coincide con otra que no le debe haber gustado a Pedro Sánchez: García Page se ha sumado a los presidentes de Andalucía, Aragón y Murcia, del PP, para reclamar al gobierno los miles de euros que debe a estas regiones, infrafinanciadas frente a otras con las que Moncloa mantiene un trato de favor insultante. Como Cataluña, otra vez Cataluña, financiada, no se puede olvidar, gracias a los impuestos de españoles que no forman parte de esa comunidad.
Espléndida noticia la construcción de un nuevo buque en Navantia. Mal, muy mal, utilizarla como instrumento electoral.