Para combatir la emergencia climática y lograr un mundo bajo en carbono es imprescindible gestionar de una forma óptima la energía. Necesitamos avanzar hacia un sistema energético fiable, asequible y descarbonizado, y las energías renovables son la alternativa. Fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas.
Castilla y León fue pionera a la hora de apostar por las renovables y lleva ya años erigiéndose como referente en el campo de la energía limpia. Según los datos correspondientes a 2023 publicados por Red Eléctrica (REE), la comunidad cuenta con casi la quinta parte (16,9%) de toda la potencia instalada renovable de España. En este escenario, Soria tiene un peso relevante: Castilla y León cerró 2023 con una producción bruta de energía eléctrica de 26.859.991 megavatios hora. De esta cantidad, 2.982.441 corresponden a Soria (el 11%).
LÍDERES. «Castilla y León es un paradigma de la denominada transición energética», considera el director general de Energía y Minas y director del Ente Regional de la Energía (EREN), Alfonso Arroyo. Recuerda que la comunidad ha sido históricamente «referente» en producción energética gracias a sus centrales de generación de carbón ubicadas en el norte de la comunidad y a la producción hidráulica del Sistema Duero. Pero, además, «desde hace aproximadamente 25 años, dentro de esa concienciación por el cuidado del planeta y la lucha contra el cambio climático, la Junta ha apostado por las energías renovables», añade. El resultado es que «la comunidad produce cerca del 95,8% de su potencia eléctrica con renovables, siendo líder en España en generación de energía limpia, con datos de 2023». «Castilla y León es líder en generación eólica; en fotovoltaica ocupa la quinta posición; y las capacidades que tenemos para producción energética renovable son tremendas», resume.
Conseguir este liderato ha sido posible, considera el director del EREN, «gracias a una colaboración público/privada» basada fundamentalmente en «la confianza, la seguridad jurídica y las posibilidades que nuestra comunidad alberga para generar este tipo de energías limpias». También, gracias a la posición estratégica, la «disponibilidad de suelo» (es la comunidad más grande de España) y, por supuesto, la existencia del «recurso, es decir, el viento, la radiación de sol...». «Esa extensión, unida a la capacidad de tener recurso renovable, así como a las condiciones de las infraestructuras energéticas tan malladas por las cuales pasan las principales vías de transporte de energía eléctrica del país, hace que la posición geográfica de Castilla y León sea idónea para continuar generando energía limpia», confía Arroyo, quien anuncia que «el reto y la apuesta» ahora es que «esa generación revierta todavía más en el territorio». «Ya producimos vez y media más de lo que consumimos y somos solidarios con otros territorios. Ahora queremos que esa energía se pueda consumir en nuestra territorio, atrayendo actividad económica, puestos de trabajos y consiguiendo maximizar las oportunidades de las renovables», anuncia durante su participación en el segundo podcast de Futuro Verde.
SECTOR EÓLICO. Castilla y León es la que más energía eléctrica produce a partir de la fuerza del viento. Casi un cuarto de la energía eólica que se produce a nivel nacional se produce en este territorio. Dentro de este liderazgo, Soria es la segunda provincia de la comunidad con mayor producción eólica.
Para entender este liderazgo es importante saber de dónde venimos. En 1998, el municipio soriano de Ólvega abrió la puerta al sector eólico, al instalarse allí el primer parque de toda la comunidad. El presidente de ese parque, el Parque Eólico Sierra del Madero, Javier Arias, recuerda que se eligió Soria porque «tiene buen recurso eólico» y, en base a los estudios que se realizaron en su día y «las capacidades de acceso a la red eléctrica», se consideró que Ólvega era la ubicación «prioritaria». Se instalaron 45 aerogeneradores, con casi 15 megavatios de potencia instalada. Cinco lustros después, el avance tecnológico ha permitido multiplicar la potencia de aquellos primeros molinos. «Los primeros fueron de 330 kilovatios. Hoy en día tenemos intención de que este parque se repotencie en los próximos años y estamos hablando de máquinas de 5,6 megavatios, 5.600 kilovatios, es decir, más de diez veces el primer parque eólico Sierra del Madero», resume Arias.
El sector ha crecido de forma importante en Castilla y León y en Soria -donde se ubican 36 de los 263 parques de la comunidad- pero, además, hay potencial para continuar con el aprovechamiento del viento. «Los mejores emplazamientos han sido ya seleccionados pero, según cumplan su vida útil, se irán repotenciando; y aún quedan además otros emplazamientos que en otros momentos no fueron viables, bien por restricciones de la red eléctrica o bien porque había bajo recurso eólico, pero que, con la nueva tecnología, se irán volviendo viables», aventura el presidente de Sierra del Madero. Para ello, hay que afrontar nuevos retos, que pasan por «llegar a la descarbonización total» y, para ello, «lo que hay que hacer es optimizar los emplazamientos y es inevitable el desarrollo de la red».
SECTOR FOTOVOLTAICO. En lo que se refiere a solar fotovoltaica, Castilla y León es la quinta comunidad con mayor peso, con el 7,56% de la potencia instalada del país. De los 2.606.786 megavatios hora (MWh) que produce Castilla y León por solar fotovoltaica, 44.874 corresponden a Soria.
Solarig nació en 2005 en el entorno favorable al desarrollo de la energía fotovoltaica en España. Desde entonces, suma cerca de 20 años produciendo energía limpia y sostenible y ha tenido un crecimiento vertiginoso, pasando de un centenar de empleados a superar el millar en apenas una década. El crecimiento de la fotovoltaica en la provincia, y en la comunidad, responde a varios factores. «Hay sol para que una planta solar fotovoltaica pueda producir energía durante prácticamente todo el año», apunta de inicio Miguel Sanz, director de Promoción de Solarig en España. Además, la despoblación en este caso juega a favor, ya que una instalación de este tipo «genera inversión en el territorio». Y a esto se unen «las grandes extensiones agrícolas» que existen y que permiten desarrollar nuevas plantas. A esto hay que sumar además la evolución tecnológica, que ha permitido una mejora evidente en la eficiencia de la producción. Ahora, módulos más pequeños logran producir mucha más energía, además con menores costes.
Solarig ha crecido de la mano de las renovables y, además de avanzar en el sector fotovoltaico, ha dado ya el salto a otro tipo de tecnologías como «sistemas de almacenamiento, eólica, plantas industriales de generación de gas renovable, plantas de biometano...». «Creemos y estamos invirtiendo mucho en este tipo de instalaciones híbridas que aúnen estas tecnologías y cojan lo mejor de cada una para tener una instalación eficiente». Además, es necesario también que «la legislación acompañe», indica el director de Promoción de Solarig en España.
FUTURO. De los retos de futuro habla el profesor titular de Energías Renovables de la Universidad de Valladolid (Escuela Universitaria de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía), Luis Hernández: «En las grandes plantas lo esperado es, sobre todo, la integración del almacenamiento eléctrico», lo que permitirá convertirlas en plantas «gestionables». También, la hibridación con otras tecnologías, comparte. En la solar fotovoltaica, además, «aparece algo interesante», las plantas en flotación, con un «beneficio técnico» pero, también, «social», al ser menos invasivas en el territorio.
En la pequeña escala, el reto es «la integración de las renovables en el entorno urbano». Y, también de nuevo, la hibridación y el «almacenamiento eléctrico y distribuido».