Villar del Río es un ejemplo de los tantos pueblos que durante el verano dejan de estar "vaciados". Las calles del municipio vuelven a coger vecinos y cobran vida. La plaza del pueblo está llena de bicicletas, balones y niños, algo que durante el año se echa muy en falta. Su población crece en el mes de agosto de forma exponencial, de 50 vecinos censados a 400. Ocurre lo mismo en las pedanías; si hablamos en conjunto, pasan de 144 a 845 vecinos. En general, la población de los municipios de Soria crece una media de un 150%, es decir, se multiplica por más del doble.
Su alcalde, Miguel Ángel López reconoce el fuerte esfuerzo que se hace desde el consistorio local para dar servicio a todos los vecinos, "hemos aumentado de personal en el Ayuntamiento, ahora tenemos tres alguaciles para la recogida de basuras, la limpieza de calles y la organización de las fiestas, entre otros". La tienda y el bar con los que cuenta Villar del Río también tienen que hacer sus esfuerzos, "ampliamos horario de atención al público y tenemos que hacer más pedidos", nos cuentan.