Carlos Martínez, alcalde de Soria, no ha necesitado nunca alianzas para gobernar el municipio capitalino. Ahora, además, es secretario general de su partido en Castilla y León y seguro candidato en las próximas elecciones para presidir su gobierno y tiene claro que, las cosas no van a funcionar como en el ayuntamiento y como ya sabrán ha propuesto que el gobierno lo ostente quien haya obtenido el mayor número de escaños. No tiene fácil defensa este planteamiento. Imagino que Pedro Sánchez ya le mira de reojo ante la evidencia de que él se ha convertido en el equilibrista político más notable de la democracia gracias a los saltos mortales que viene protagonizando aliándose con los socios más tóxicos del panorama nacional. Junts, de derechas y supremacista, es el ejemplo más palmario. Volvamos a nuestro terruño.
Cuando Benito Serrano llegó a la presidencia de la Diputación, gracias a los volátiles votos de renegados populares que se fueron a la PPSO y luego volvieron, con condiciones claro, el candidato socialista Luis Rey proclamó en los plenos que el de Golmayo había hecho lo que nadie hizo antes; aliarse con todos para sumar lo que le hacía falta para ocupar el mejor despacho del palacio provincial. Le parecía inaudito. Y lo curioso del caso es que nadie le dio respuesta desde las filas populares y había en ellas veteranos que deberían tener la memoria para argumentar que, en el año 1984 el PSOE, en alianza con un partidillo llamado ADEIS, Agrupación de Electores Independientes de Soria, heredero de la desparecida UCD, se alió con el socialista Ricardo de María para impedir el acceso a la presidencia de Javier Gómez, presidente del PP, alcalde de El Burgo de Osma y Senador. Como pueden imaginar los populares se subían por las paredes. Moraleja 'para llegar al poder también vale Lucifer'
Martínez no tiene opción ninguna para que se atienda su propuesta. Habría que reformar la ley electoral porque intentar un compromiso de buena voluntad con los demás partidos es una ingenuidad. Ahí tienen a Mañueco, pocas horas después de cerrarse la urnas de las penúltimas elecciones que perdió frente a Tudanca, lo dejó claro…'lo que sea, les daremos lo que sea' dijo dirigiéndose a Ciudadanos. Al final lo que les dio fue la patada en el culo y a la calle, del mismo modo que a Vox tras la última convocatoria.
Así las cosas, Carlos, haz y di lo que te parezca oportuno, pero bueno será esperar a que los votantes se expresen y luego echa cuentas. Hacerlo antes de tiempo sólo te dará disgustos, tanto si llegas a gobernar como si no. El eslogan aquel de 'sé realista, pide lo imposible' no les sirvió ni a los hippies de los años 60.