Nicolás Plaza Gómez

Nicolás Plaza Gómez


Soria: cínicos y estoicos

23/02/2025

¿Existe un carácter soriano? Hay sorianos con carácter, y caracteres, que definitivamente, no son sorianos. Sería, por ejemplo, bastante raro en Soria, encontrarnos a un joven histriónico de catorce años gritando entre llantos '¡guapo!' a nuestro santificado Saturio como sucede de forma habitual en las procesiones de Sevilla o Málaga hacia sus respectivas representaciones religiosas. Desencajaría con la oscura solemnidad castellana y con el rostro griego tallado en piedra de algunos sorianos; también con los populares chistes que otros hacen sobre el Santo. No sé si saben por qué siempre se representa de busto. Como diría Machado, "Contra el espíritu redundante y barroco, que sólo aspira a exhibición y afecto, buen antídoto es Soria, maestra de castellanía, que siempre nos invita a ser lo que somos y nada más". Son muchas las razones. Junto al clima hostil y las características geográficas, los distintos eventos históricos traumáticos que ha sufrido la provincia conforman algunas de las causas que forjan su carácter identitario, que pervive de forma diluida en la conciencia colectiva del territorio. Desde la edad antigua, la comarca ha estado expuesta a un ambiente de riesgo debido a peligros naturales y a la violencia humana. En primer lugar, la gesta numantina muestra un tipo de fatalismo y aceptación estoica ante la muerte que deja su marca en la cultura local. El estoicismo, fomenta la aceptación de lo ineludible y la resistencia interna frente al dolor. Por otro lado, los pastores de la Mesta y los campesinos han lidiado a lo largo de la historia con duras condiciones. "El largo invierno, que entumece los cuerpos, enfría también las almas; así el campesino soriano se caracteriza por su escasa capacidad para el entusiasmo y la exaltación" -dirán José Tudela y Blas de Taracena-. Por último, tenemos que hacer referencia a la relación simbólica e histórica de este territorio con el exilio. Aislada negativamente en términos políticos, positivo en los poéticos, ya que la riqueza inspiradora de la provincia emana de su propio vacío.
La actitud estoica y cínica de los sorianos ante la muerte (o lo que es lo mismo, ante la vida) ya fue descrita por Gaya Nuño en "El santero de San Saturio", narrando la socrática muerte de un soriano que, tras acabar su ronda en los bares, invitando a los paisanos y avisándoles de que llegaba su hora, tomó camino hacia su casa, se acostó, y murió. "Una muerte digna de Epicteto, de Marco Aurelio". Tanto el cinismo como el estoicismo son filosofías prácticas para la vida y adoptadas como distintas formas de adaptación social ante la angustia existencial y la incertidumbre de aquello que esta fuera de nuestra voluntad y que puede representar un peligro. Como la gente mayor que bromea aun estando jodida. Por su lado, la actitud estoica encajaría con la aceptación pragmática de la realidad, manteniendo la atención sobre los hábitos y quehaceres diarios. "El cinismo es una forma de atemperar el impacto emocional de las ansiedades", dirá Giddens desde la sociología, "limpiando las asperezas del pesimismo dada su neutralizadora naturaleza emocional, y su potencial de humor". Hoy en día está muy de moda el estoicismo ultra-procesado de internet. En Soria no nos tendría que hacer falta este postureo de bestseller de autoayuda, al menos si queremos conservar cierta autenticidad en el carácter y resistir a la alienación. Tampoco culpo, nadie escapa.