No nos engañemos. La Semana Santa está más vinculada con el ocio que con la penitencia. Esa mayoría de españoles que se declaran católicos, cambian de aires estos días y, los que no buscan la playa o conocer en tres o cuatro días la riqueza artística o natural del interior peninsular, acuden al reclamo de las celebraciones de la pasión de Cristo que, al margen de su catalogación religiosa; tienen la de 'Bien de Interés Cultural', también llamado BIC e incluso 'Patrimonio Cultural Inmaterial' según la UNESCO. Folklore es una palabra ofensiva para los católicos que ejercen como tales, si se aplica a la Semana Santa. Lo entiendo. Pero necesitan una visita al oculista si no perciben que para muchísima gente el atractivo de estos días es, sobre todo, el imponente espectáculo procesional de Sevilla o Zamora. Por cierto, asombra ver como el laicismo crece en la práctica, mientras que la participación en las convocatorias de estos días se incrementa de manera muy significativa, tanto por parte de los espectadores como de los integrantes de las cofradías. Soria, sin ir más lejos, tiene ya procesiones desde el Domingo de Ramos, hasta el de Resurrección. Chocante, cuando en las iglesias cada vez hay más bancos vacíos en la misa dominical.
¿Qué queda de auténtico en la Semana Santa? Mas, desde luego que de la Navidad, abducida por un consumismo voraz, al que nos hemos entregado con el sacrificio de nuestra cultura tradicional rendida a los hábitos del país de ese 'perdonavidas' llamado Trump. No queda mucho de lo originario porque a la gente no le gustan los dramas y el que más y el que menos, prefiere el hedonismo que propicia el paréntesis laboral de estos días. Pero en el caso de Soria sí hay un margen para la penitencia, sobre todo si usted se desplaza en automóvil por la capital.
Intenten, con el propósito de enmendar sus pecados, circular por Soria y su periferia. Las obras de mejora de las travesías han convertido en un caos. Sí, ya sé que no hay otra que aguantarlas para mejorar la ciudad pero, ¿tiene sentido que la rotonda más concurrida de Soria, junto a la estación de autobuses, lleve dos años desmantelada sin rematar su nuevo trazado? Tampoco le veo fundamento a la ocurrencia de crear una zona de aparcamiento en medio, ¡en medio! de la calle Gaya Nuño, junto a la vieja cárcel para crear 80 metros de carril bici. Hay mucho más, pero lo dejaremos para otro rato. Si aspiran al perdón de sus pecados a través del sacrificio y la penitencia aprovechen estas humildes opciones que nos ofrece la ciudad, tan concurrida estos días, sin necesidad de flagelarse, procesionar descalzo o coronarse con las espinas de una zarza.