Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Vigilada

11/10/2024

Hace tiempo que llegué a la conclusión de que Google sabe más de mí que yo misma. No es que me asuste, pero me molesta esa intromisión. Qué le importa a nadie (y menos a Google) mis preferencias, ocupaciones, miedos, deseos y alegrías. Está claro que a Google no le importa mi indignación. A la vista está. Me acaba de sugerir que lea una noticia cuyo titular es "Se buscan 3.000 figurantes para El Sacamantecas". No he profundizado en el artículo, porque me temo que lo que pretende Google es convencerme de que me presente al casting. No sabía yo que me gustaría probar en el mundo de la interpretación, si ser figurante puede considerarse como tal. Pero ahora que he dedicado unos minutos (segundillos) a analizarlo, me doy cuenta de que me encantaría. Un mundo fascinante y desconocido que me aportaría un gran aprendizaje, socializar y salir de la rutina. Se confirma que sabe más de mí que yo.

Puestos a juguetear con (¿mi amigo, vigilante, asesor, acosador?) Google, le he preguntado qué tema es el que más puede interesar a los lectores de este periódico sobre el que yo pueda opinar. Me da diez opciones muy genéricas. Eso ayuda poco. Para ser más eficiente, debería acotar. Según Google lo que más le interesa a usted que está leyendo esta columna es "Cambio climático y crisis ambiental". En segundo lugar, dice que a usted le encantaría leer alguna opinión sobre "Geopolítica y conflictos internacionales". El decálogo de propuestas se completa con: Economía, Crisis inflacionaria, Derechos humanos, Salud, Automatización, Política interna de diferentes países, Cultura y, en último lugar, Inmigración. Me pregunto si ha acertado o si, a usted, estas cuestiones tan generales y ambiguas le importan mucho menos que otras más concretas. Por ejemplo, temas sorianos como el Centro Nacional de Fotografía o el culebrón de la hija de Leoncio González, el que fuera marido de la "duquesa roja". U otros más sociales como la vivienda, las condiciones laborales de los jóvenes, la A-11, la reducción de la jornada laboral. Prefiero opinar sin ayuda artificial, no sólo para esta columna, sino para cualquier decisión que deba adoptar. Aún creo en mi autonomía, aunque Google me vigila y ya sabe más de mí que yo misma. Esto de la Inteligencia Artificial, que ahora nos parece tan futurista, de aquí a cuatro días convivirá con nosotros con normalidad. Sin embargo, también aconsejada por Google, leí hace unos días que el creador de ChatGPT reveló que no usa la Inteligencia Artificial para generar ideas. El secreto de San Altman es que su método más utilizado es escribir en papel, a mano. Siempre tiene una hoja en el bolsillo para anotar sus ocurrencias. Lo hace porque el cerebro incorpora mejor las cosas si se manuscriben. A ver si lo que Google en realidad está haciendo no es vigilarme y condicionarme, sino darme pistas, con mensajes ocultos, para alejarme de la IA.