Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


¿Qué hay de la jornada laboral?

28/01/2025

La reducción de la jornada laboral vuelve al primer plano impulsada por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, muy necesitada de visibilidad en su particular disputa con Podemos a la izquierda del PSOE. El debate también se reactiva en el propio Consejo de Ministros, donde PSOE y Sumar están coaligados, tras el paso por la telonera Comisión Delegada de Asuntos Económicos, reunida este lunes. El anteproyecto mantiene el compromiso de reducir la jornada laboral de las 40 horas semanales actuales a las 37 y media prometidas (octubre 2023).
Pero lo relevante es si se tramitará en el Parlamento por vía ordinaria o por vía de urgencia. Que se decida lo uno o lo otro indicará si ganan las tesis del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, o las de la vicepresidenta, Yolanda Díaz. Los dos coinciden en la necesidad de llevar a cabo el aireado compromiso antes del 31 de diciembre de 2025. A partir de ahí, los matices colocan al ministro en una posición marcada por el gradualismo y la sectorización empresarial. Por eso dice que las prisas con malas consejeras. Entiende Cuerpo que no será fácil salvar dos vallas. Una, la empresarial, con una CEOE que ve "anticonstitucional" la medida". Otra, la parlamentaria, justo en un momento en el que los componentes de la llamada ecuación Frankenstein tienden a centrifugarse y complican la forja de una mayoría.
Para la vicepresidenta Díaz es una medida emblemática del progresismo que gobierna, y ella necesita llevarla al BOE para hacerse visible a la izquierda del PSOE. Lo va a tener difícil. Y si finalmente se confirma la vía ordinaria en la tramitación legislativa del proyecto, mucho me temo que acabará en el congelador por un eventual colapso de la legislatura, aquejada de un cada vez más acusado síndrome de inestabilidad. Ahí topamos con el agujero negro de la política nacional: la incertidumbre.
Sánchez insiste en que agotará la legislatura, a pesar de la corrupción de cercanías, aunque en su día él dijera que "un Gobierno sin Presupuestos no gobierna nada" y a pesar de que se haya disparado el quinielismo sobre el cuándo de una inevitable llamada a las urnas. La variable decisiva es Puigdemont. Al igual que Yolanda Díaz, también bracea por hacerse más visible y no se apea en condicionar su apoyo a que Sánchez se someta a una "cuestión de confianza" en el Congreso. Pero al tiempo se niega a apoyar una moción de censura de Feijóo con los votos de Vox. Ergo, da motivos para creer que solo pretende debilitar a Sánchez para hacerlo más rentable, pero no hundirlo. Y Sánchez lo sabe. De ahí la convicción reinante en la Moncloa de que Junts tampoco quiere elecciones. Y eso le permite asegurar que no las habrá, aunque el reto de la gobernabilidad degenere en desgobierno.