Era una expresión muy propia de mis mayores, «ya estamos con la burra a brinco»', que venía a ser sinónimo de otras expresiones como 'otra vez la misma mandanga'. Soy consciente de que me repito en determinadas cuestiones, como la que voy a abordar, pero es que mi psiquiatra me recomienda expresarme sin complejos. Y allá voy.
Llegan las fechas de honrar a los muertos, a los nuestros, y en torno a ello siempre ha habido tradiciones. Aquí en Soria la celebración del evento, que se ha apoyado últimamente en una magnífica y espeluznante leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, ambientada en el Monte de las Ánimas, parece que iba a desplazar a un segundo plano la invasiva Halloween que nos llega, vía Estados Unidos, de costumbres anglosajonas. Es batalla perdida luchar por defender lo nuestro frente a lo ajeno si fluye de desde Hollywood y las redes y arrasa todo lo demás. Y cuando digo todo lo demás me refiero no sólo a lo que pasa en Soria, también quienes aborrecen todo lo que se parezca y vincule a ese extraño país llamado España, mientras que se rinden a 'truco o trato' que, por cierto nadie sabe qué coño significa y mucho menos como contestar a un chiquillo que plantea la cuestión y que no espera más respuesta que unos caramelos o unos euros de propina. Con todo, lo peor no es esa colonización cultural que se remata con los Black Friday, es que se asuma en los colegios locales con más entusiasmo que el aprendizaje del inglés. Y aún voy más lejos, o mejor dicho, ellos van más lejos, ayer era día festivo en los coles; teóricamente Día del Maestro. Hasta donde yo sé San José de Calasanz es el 27 de noviembre, pero qué más da adelantarlo casi un mes, si el resultado es un puente estupendo de jueves a domingo. Como queda feo decir que es para hacer un puente se argumenta como coartada que es para que los niños disfruten del 'Jalogüin'. Y cuela. Lo aprueba la Consejería de Educación y todos tan felices. Es obvio que la prioridad no es honrar a los queridos abnegados maestros, sino dejarse llevar por tendencias que rozan la estupidez más borreguil que registra nuestra historia. Me veo celebrando el día de 'acción de gracias' con un pavo asado en la mesa porque lo hemos visto en las pelis.
Puedo entender que en culturas frágiles, sin demasiado pasado cultural que celebrar, pasen estas cosas, pero no aquí. En Soria nos vemos incluso en un escenario más chocante aún. Una especie de competición de tradiciones. Mientras que en la capital se quiere afianzar la Fiesta de la Ánimas, Garray y Tierraquemada apuestan por el Samain, fiesta de la que deriva el Halloween y que recuerda ritos celtas de las antiguas islas británicas. Curioso.