José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Soplar y sorber

22/06/2024

En el marco de la evolución, o mejor dicho 'involución' en la que nos hemos embarcado, conviene que reflexionemos sobre conceptos que, no sé por qué, se han ido asociando a derecha o izquierda según criterios sin el mínimo fundamento. Por ejemplo las autonomías. Si a un fulano cualquiera se le ocurre declarar en público que considera fallido el Estado Autonómico el noventa y nueve por ciento de la población zurda lo califica como 'facha' o retrógrado. Es decir, la organización territorial de nuestro país se identifica como una opción de progreso. Se potencia la identidad de las diferentes culturas, se propician sus opciones de autogobierno cada vez con más competencias y…hablando de competencia, de paso se alimenta ésta enfrentando a menudo a las comunidades. Entretanto Europa intenta todo lo contrario. Sin menoscabar las identidades de cada estado, quiere potenciar sus directrices en políticas comunes para hacer más eficaz y potente el bloque occidental que se ha creado. A simple vista se podría decir que estamos intentando lo imposible en España; soplar y sorber a la vez.
Veamos. Mientras en Europa se busca un cierto equilibrio regional y ponen más euros los más ricos para acercar al progreso a los más pobres, en España, los más opulentos, como Cataluña, aprovechan sus capacidades electorales para chantajear a los partidos nacionales de turno y subastar sus votos entre los que  los necesitan para formar gobierno. Por más que haya ingenuos que piensen que se trata del poder del independentismo, no me van a convencer de lo evidente; de lo que se trata es de obtener privilegios presupuestarios como acaba de ponerse en evidencia estos días de atrás con el eufemismo de 'financiación singular'. Tú dame la pasta y yo te doy los votos. El resto de reivindicaciones nacionalistas son secundarias aunque luzcan más que el vil metal. Lo malo, o lo peor, es que en repartos discriminatorios siempre se ignora a los mismos, en especial a aquellos cuyos votos ni suman, ni condicionan mayorías. Soria por ejemplo.
Vuelvo al inicio. Y me declaro abiertamente contrario a la España de las Autonomías. Primero porque, en la parte que nos toca, es más artificial que un geranio de plástico y sólo sirve para mantener cientos de políticos de medio pelo y burócratas acomodaticios sin más aspiraciones que esperar la jubilación. Y segundo, porque la historia demuestra que los 'reinos de taifas' jamás han mejorado nada respecto a un país sólido y solidario y menos si se fundamentan en un supremacismo que, de progresista tiene muy poco. No lograremos una fiscalidad diferenciada en Soria, pero ya verán como progresa lo de la 'financiación singular'.