Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


22 medallas. O más (para Sánchez, digo)

25/07/2024

Dice el eterno presidente del Comité Olímpico Español que superaremos este año el medallero (22 metales) de los últimos Juegos Olímpicos, los de Tokio. Me gustaría, porque de la grandeza de un país también son muestra las medallas olímpicas, o los triunfos en Wimbledon, y no le digo ya lo de la Eurocopa. Hablo de este tema porque acabo de encontrar una imagen, que se hizo viral en 2021, en la que se ha fabricado una fotografía de Pedro Sánchez con más de veinte medallas –de oro— al cuello: esta imagen 'fake' tuvo gran aceptación en las redes durante aquellas olimpiadas, y yo mismo, en plan de broma, la he utilizado alguna vez en mi blog, aun consciente del escaso sentido del humor que adorna al personaje, convertido en medallero viviente.
Ahora ¿cuántas medallas va a llevarse Sánchez en su particular Olimpiada por mantenerse en el pódium del estadio de La Moncloa hasta 2027? La carrera ya ha empezado, se ha dado el pistoletazo de salida y Sánchez se siente muy seguro, aseguran viajeros a La Moncloa, ante los rivales que compiten con(tra) él; alguno, como Puigdemont, sospecho que no llegará a la meta ni siquiera en el último lugar, retirada por agotamiento. Es una carrera de obstáculos, claro, que son las competiciones que gustan a nuestro plusmarquista en la especialidad de resiliencia. Para él, el oro sería aguantar en la pista, liderando la carrera, casi tres años más. La plata se centraría en adelantar un poco, no mucho, las elecciones. El bronce, para gentes como el deportista Sánchez, es una derrota: disolución de las Cámaras en 2025 y a barajar de nuevo, con la incertidumbre de saber quién gana, porque las reglas del juego han cambiado y este ya no es un partido por equipos, sino más bien individual.
Una radio en la que ocasionalmente colaboro salió este martes, cuando se cumplía un año desde las últimas elecciones generales, a preguntar a la gente quién había ganado aquellas elecciones del año pasado. De veinte personas, dieciocho dijeron que las habían ganado los socialistas y Pedro Sánchez. Solamente dos acertaron diciendo que las había ganado el PP de Feijóo, aunque luego se quedó sin la medalla de la gobernación. Y es que Sánchez es un maestro de las apariencias, o llámelo usted de la imagen: sufrió el martes una severa derrota en sus proyectos parlamentarios, mientras arreciaba la polémica sobre la llamada de un juez para que testifique en el caso de las actividades 'de negocios' de Begoña Gómez. Pues, en pocas horas, aseguran viajeros a palacio, ya parece recuperado, milagrosamente.
Primero, porque ya todo el mundo habla de la posible investidura de Salvador Illa, todo un triunfo personal para el Sánchez negociador. Y, segundo, el aparataje monclovita (y los errores del juez instructor) están haciendo aparecer al magistrado Peinado como casi un prevaricador, alguien que tiene una obsesión persecutoria contra la mujer de Sánchez y, claro, contra este mismo. No soy capaz de adivinar si el martes finalmente acudirá el juez Peinado a La Moncloa para tomar testimonio al presidente, o si, para entonces, Sansón habrá derribado el templo con los filisteos togados dentro: si sé que algo, forzosamente, tiene que pasar en los próximos cinco días, y que ese algo no tiene por qué significar que Sánchez (y su esposa) se tengan que retirar de la carrera. Al contrario, creo.
Casi nadie es capaz de prever lo que hará Sánchez en su particular Olimpiada, ya digo. En 2021 la habilidad de los hackers le colgó una veintena de medallas (falsas) al atribulado cuello. No sé cuántas habrá acumulado en esa 'realidad paralela' de las redes cuando, en agosto, hayan acabado los Juegos de París, los de Cataluña, los de los juzgados de la Plaza de Castilla y haya llegado el descanso en Doñana, preparando la próxima competición, porque eso es para el medallista la vida política, y sospecho que la vida misma. Una competición.