Soy, de momento, asiduo lector de la prensa tradicional y mayormente en papel y, a la frustración que me generan los otros medios informativos, sobre todo las redes y demás engendros digitales, estoy sumando la de los medios tradicionales de toda la vida, sobre todo cuando se trata de elegir las noticias que dan titulares con el nombre de esta provincia.
Mira que se me ocurren temas para que El País, el Mundo o el ABC hicieran un huequito que reflejara, por ejemplo las alarmas que han saltado en Soria con los problemas sanitarios, los del transporte público y por supuesto, para no enrollarme todos los derivados de la irremediable mengua demográfica que arrastra a esta parcela de la 'piel de toro' a un futuro de lo más siniestro. Pero no, si hay alguna cosa que contar ha de ser la chapuza del repintado interior de una ermita que ha puesto a sus autores a la altura del Ecce Homo de Borja por el ridículo maquillaje de los querubines que lucen en los arranques de los arcos. Media España se troncha de risa y la otra mediase indigna por sentirse agredida en sus sentimientos religiosos o artísticos. Yo no comulgo con lo uno ni con lo otro.
Me molesta, para qué negarlo, que se estén comparando los angelicales seres con muñecos de feria, pero lo que me indigna es que nadie escarmiente en cabeza ajena con todo lo que dio que hablar la restauración de ese cristo pintado en nuestra vecina provincia aragonesa. De acuerdo que no es ni siquiera bien de interés cultural, BIC, pero tiene su valor y sobre todo irrita a un colectivo creyente que no entiende la chapuza que, imagino sólo responden a que al pintor de brocha gorda al que le encargaron la faena carece de formación artística e hizo lo mejor que se le ocurrió.
El caso es que ahí estamos, cuando habría razones para movilizarnos, todos a una, por ejemplo, contra la tendencia federalista del actual gobierno que nos dejará con el culo al aire. Si ya con una presunta solidaridad a la hora del reparto de los presupuestos nos iba de pena, se pueden imaginar ahora. En esa presunta, que no planteada por nadie aún, movilización, la pancarta si la hubiere, tendrían que sostenerla nuestros parlamentarios. Todos. Y a su lado los más relevantes políticos que hayamos elegido. Por cierto, sólo a uno, el alcalde de Soria Carlos Martínez, he oído hablar con cierta rotundidad contra la deriva que lidera Pedro Sánchez. ¿Dónde está el resto, en especial los socialistas?
Sé que no lograríamos nada en absoluto con esa iniciativa, salvo que hiciéramos algo muy llamativo. Eso sí, a lo mejor, la élite del periodismo nacional dejaba de lado a los esperpénticos querubines no nos hacía un hueco más serio.