En la película un Cuento Chino, Ricardo Darín interpreta a un ferretero que cuenta, uno a uno, los clavos que contiene una caja para confirmar que hay menos de los que anuncia en la información de la misma. Da la sensación de que, como en la caja de clavos de Darín, la información que ofrece el Consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León, Gonzalo Santonja, sobre el repintado de la ermita del Mirón, no concuerda con la realidad. Si bien reconoce que fue una intervención "desafortunada" y que "el error está claro", añade que "todo el mundo tiene derecho a equivocarse". O sea, que el autor del error no tendrá que asumir ninguna responsabilidad, porque tiene derecho a destrozar el patrimonio. Una cosa es que nadie sea perfecto y otra diferente es que nadie tenga que asumir las consecuencias de sus errores, porque le ampara esa imperfección humana. Menudo cuento chino. Aunque el Ayuntamiento de Soria anunció un expediente sancionador contra la Diócesis de Osma-Soria y la Junta ha requerido retirar el repintado, parece que se va a quedar en una anécdota de verano que recordaremos año tras año entre risillas ingenuas. Los que no se han echado muchas risillas, siguiendo con el patrimonio y el turismo, son los vecinos de Las Cuevas de Soria que han visto cómo su pueblo se ha convertido en el más feo de la provincia por obra y gracia de la revista, "Viajar": "Ni feo ni aburrido, pero sin ningún reclamo turístico que lo haga destacar, las Cuevas de Soria es uno de esos pueblos que no suelen ser elegidos para una escapada de fin de semana. Si te atreves a descubrirlo, no te pierdas sus alrededores, donde encontrarás la cascada de La Toba y el Monumento Natural de la Fuentona". El reportaje, en el que se elegía a las localidades más feas de cada una de las provincias de España, se ha realizado con Inteligencia Artificial. Igual la IA no es tan inteligente. O quizás el que no es inteligente es el que la programa, porque parece que la IA necesita a la humana para desarrollar lo que se le pida. El argumentario no da una. Para empezar es una pedanía, ni siquiera es un pueblo. Asegura que no tiene reclamo turístico cuando, precisamente, cuenta con un atractivo fabuloso como es la Villa Tardorromana, un yacimiento de principios del siglo IV declarado BIC con categoría de zona arqueológica. Es una amplia mansión de casi cuatro mil metros cuadrados. Para rematar las cuatro líneas que justifican la fealdad de Las Cuevas, le atribuyen en los alrededores la cascada de la Toba, que se encuentra en Fuentetoba a 19 kms y la Fuentona, que se ubica en Muriel de la Fuente a 36 kms.

Menudo favor al turismo soriano con estos dos cuentos chinos: el artículo de Las Cuevas que no da una y el desastre de los angelitos de la ermita del Mirón. Aunque, a veces, ocurre que lo que parece perjudicial se da la vuelta y se convierte en un gran reclamo turístico.