Reconozcamos que somos difíciles de conformar. Incluso 'raritos' a menudo. Me refiero a todos los vecinos que conformamos cualquier comunidad. Nos gusta tener de todo pero preferimos que, la parte molesta de ese 'todo', quede un poco lejos de nuestra casa, Quizá el ejemplo más señalado últimamente es el del turismo. Las administraciones se gastan una pasta en promocionar el territorio que les compete y no se cortan un pelo para anunciar, uno tras otro, los records de ocupación hotelera o de visitantes anuales. Entretanto, cada vez es más frecuente que los habitantes de las zonas privilegiadas por el clima, el paisaje o su patrimonio artístico, manifiesten que están hasta las narices de la marabunta de foráneos que alteran su entorno vital y hasta se movilizan para que los 'mandamases' a los que atañe la cuestión, apliquen medidas que les permitan dormir tranquilos, también en agosto. Es más que probable, que en esas concentraciones reivindicativas estén incluso algunos trabajadores de los sectores que se nutren de ese molesto y manirroto colectivo de viajeros. En Soria no somos así, afirma la mayoría, pero es porque no tenemos esos problemas y nos agarramos a cualquier clavo ardiendo para frenar la deriva poblacional. Eso sí, como a todos, nos gusta el jamón, pero no que las granjas de cerdos estén a menos de 20 kilómetros de nuestra casa. Conste que lo entiendo.
También puedo entender que el vecindario próximo al paraje de Los Royales, se haya organizado para que las atracciones festivas, antes ubicadas en Los Pajaritos, no vayan a parar a los solares próximos a sus tranquilas viviendas. También les aseguro que, en este caso es poco probable que, el que suscribe, hubiera engrosado la lista de los firmantes de la queja al ayuntamiento. Tengo claro que todo tiene que estar en algún lugar y sólo me sumaría a una queja si hubiera razones, más allá de lo molesta que es la música a todo trapo, innecesaria por otra parte. Por ejemplo, que se ubicara, al lado de la zona de las atracciones, un hospital o una residencia de ancianos.
A donde quiero llegar es que todo tiene que estar en alguna parte de la ciudad. Los bares, los locales de las cuadrillas, las verbenas, los mercadillos… y las ferias. He llegado a ver a vecinos muy próximos que han cambiado de sitio el contenedor de la basura porque estaba frente a su vivienda. O sea, que esté próximo y no haya que andar mucho, pero un poquito lejos para que no huela.
Las atracciones suelen durar un par de semanas, poco más. Ya sé que 'mal de muchos consuelo de tontos', pero dense una vuelta por la Rota de Calatañazor y sabrán de veras lo que es sufrir el ocio de los demás todo el año.