Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


M. X

07/03/2025

La comparecencia del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la comisión de investigación del Congreso sobre la 'Operación Cataluña', en la que afirmó que no tenía conocimiento de nada de lo que pudiera tener relación con el espionaje y persecución policial a los adversarios políticos del independentismo y de Podemos, dejó un aire añejo porque su negación de los hechos tuvo mucha similitud con aquellas declaraciones de otro expresidente, Felipe González, que negó siempre ser la "X" que encabezaba el organigrama de los GAL, y además certificó que nunca llegaría a despejarse esa incógnita.

Rajoy dijo estar al margen de lo que ha hecho su ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, -como González desconocía los hechos de su ministro del Interior, José Barrionuevo, y el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera- a pesar de tratarse de unas actuaciones por las que se encuentra procesado y suponen un ataque a la línea de flotación del sistema democrático, de no menor importancia que las cesiones del Gobierno a los independentistas, o de los casos de corrupción que han socavado y horadan los pilares del marco constitucional.

Y al igual que González no ha podido quitarse el estigma de ser considerado el "señor X", aunque no haya habido sentencia judicial que lo certifique, a "M. Rajoy" también le perseguirá la sospecha pese a la ignorancia que exhibió en la comisión del Congreso, porque es dudosamente creíble que pudiera estar al margen de dos asuntos de tanta relevancia política como tratar de frenar el proceso independentista y la posibilidad de que Podemos accediera al Gobierno, como finalmente ocurrió. Sobre ambos asuntos existen sentencias judiciales, declaraciones, conversaciones grabadas y señalamientos directos en relación con unas operaciones en las que participó toda la cúpula policial de Fernández Díaz, con la ayuda del ínclito comisario Villarejo, y la intervención de la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal, para lo que se armó un entramado de informes falsos que contaron con la difusión de algunos medios de documentación y las decisiones de jueces dispuestos a no investigar o a alargar procesos de los que no se han derivado sentencia desfavorables para los investigados ilegalmente.

A Fernández Díaz, quien también compareció en la misma comisión, no le cabe ninguna duda de que el "M. Rajoy", que aparecía en la nómina de 'sobrecogedores' de sobresueldos ilegales recogida en los 'papeles de Bárcenas' es el propio expresidente del Gobierno popular quien se benefició de que algunas de esas operaciones habían prescrito y de que varios jueces no vieron la necesidad de investigar a quien correspondía la eme mayúscula que precedía al apellido Rajoy.

Rajoy desacreditó la comisión de investigación del Congreso, a la que se refirió como "la de los siete votos", y para subrayar la inutilidad de su presencia en ella, proclamó que él no podía saber lo que hacían "cien mil policías", al tiempo que requería que se preguntara a su sucesor, Pedro Sánchez, por qué no se había entrado de las andanzas de su ministro de Transportes. Pero Fernández Díaz era su ministro del Interior y él tampoco se enteró de que presuntamente, estaba al frente de la 'operación Cataluña'. Y del mismo modo que a buen seguro lo conocía, también Sánchez supo de las trapacerías de José Luis Ábalos. A ambos les une reiterar en público que no sabían nada.