Hacía tiempo que no traía aquí el descubrimiento de una palabra nueva. Me encanta hallar nuevos términos. El otro día, el actor Joaquín Kremel escribía en su cuenta de X la palabra conchupancia. En concreto, apuntó, «el mar, el barco y la conchupancia». Esta frase la acompañaba con una fotografía en la que aparecía Feijóo con un amigo en un yate. Tuve que recurrir al diccionario: alianza censurable o vergonzosa entre funcionarios o empleados para lograr un beneficio económico o político. O sea, para entendernos en términos de barra de bar o de barra de X, corrupción en grupo.
Conchupancia rima con muchas palabras como ignorancia, abundancia, tolerancia. Se pueden mezclar para construir una sonora frase con muchas 'ancias': la conchupancia favorece la abundancia de los que la practican con total tolerancia de los que la aplauden desde la ignorancia. Las palabras son como esas piezas de rompecabezas a los que jugábamos en la infancia (también rima). Las puedes mezclar de mil formas y obtener mil combinaciones. Hay personas que las vinculan con tanta elegancia (también rima) que te dan ganas de plagiarles. Otras, sin embargo, las ligan sin ninguna consonancia (otra rima), sin ton ni son. Las campañas electorales permiten constatar estas teorías sobre las habilidades para la comunicación. Hay veces que dan ganas de ponerte tapones en los oídos. En este país hay un déficit preocupante de expresión verbal. Por eso, cuando un orador destaca, destaca mucho. La ley electoral debería modificarse para establecer limitaciones en relación a la capacidad de expresión de los candidatos. Tendría que estar prohibido que se presentaran personas que no saben hablar o que no saben de qué hablan. De estos últimos aún hay más que de los primeros. Existen muchos ejemplos, precisamente, extraídos de los mítines de la propia campaña. Mensajes como el que lanzó el de la fotografía de la conchupancia cuando dijo, los fondos europeos sirven para endeudar a los ciudadanos. No está claro si no sabe de lo que habla o si, en realidad, sí sabe, pero quiere confundir a los que le escuchan y a los que tienen que meter su papeleta en la urna. ¿Cuánto dinero viene de Europa? Por aludir a la provincia de Soria, en este mandato, desde 2019, han llegado unos 500 millones de euros a lo que habría que añadir las ayudas de la PAC que sólo en 2023 fueron 58 millones de euros para 3.536 agricultores y ganaderos. Una media, en cinco años, de unos 275 millones de euros de la PAC. Por tanto, en este mandato europeo han llegado a Soria unos 775 millones de euros. Para hacernos una idea, el presupuesto consignado por la Junta de Castilla y León para Soria en 2024 es de 89 millones de euros. Veremos cuántos ejecuta. Pero el de la conchupancia asegura que el ciudadano se endeuda con las ayudas europeas. Será en los Gobiernos en los que se gestionan mal. Voten el 9J. Sin extravagancias.