Aún no nos hemos recuperado de las fiestas de San Juan sorianas y ya hay, al menos, 20 parejas que aspiran a ser jurados al año que viene. Es curiosa la fluctuación de los deseos sanjuaneros. Hace unos pocos años el alcalde y 'el Peli' tenían que ir recorriendo todo Soria, a la caza y captura de jurados, porque había bastantes cuadrillas vacantes. Sudaban la gota gorda hasta que les convencían en el último minuto ya al son de la gaita y el tamboril. Amenazaban, pero sin querer amenazar, con la repetida advertencia: las cuadrillas sin jurados, se quedan sin fiestas. Pero nunca se cumplió. Sólo el Covid fue capaz de conseguirlo dos años en las doce cuadrillas. Ya se sabe, «podrá faltarnos el pan y podrá secarse el Duero, pero arde Soria primero si no hay fiestas de San Juan». Este año no he oído esta frase en ninguna ocasión. Tampoco he oído el clásico, «os estáis cargando las fiestas». Aunque la he recordado mucho al ver ese cortometraje maravilloso que ha rulado de móvil en móvil. Me refiero al titulado, 'San Juan del Toro', de Nadia Werba, que rodó en 1965. Fue una artista francesa que llegó a Soria con el rodaje de Doctor Zhivago. Le impresionaron tanto las fiestas, que realizó ese fantástico corto de once minutos producido por Frontera Films Irun y que se depositó en la Filmoteca Española.
Aunque teníamos referencias de cómo eran las fiestas en los 60, porque hay cientos de fotografías de esa época, no es lo mismo verlas en movimiento. Este cortometraje sirve, entre otras muchas cosas, para comprobar cuánto han cambiado los sanjuanes en estos sesenta años. Eso no quiere decir que se las hayan cargado. Como todo, el ocio también tiene que adaptarse a la evolución de la sociedad. Sería absurdo que las fiestas se celebren como en los 60 o en el XIX o anteriormente. Para los que no lo hayan visto, en el vídeo se aprecia un monte Valonsadero, en la Saca, con muy poca afluencia de público, sin chiringuitos, camiones que transportaban a peñistas, 'tastarros', sorianos con boina y hasta un Camilo José Cela en los agés.
¿Cómo serán las fiestas dentro de otros sesenta años? ¿Cómo reaccionarán los sorianos de finales del siglo XXI cuando vean, como hemos hecho nosotros ahora con el corto de Werba, cómo celebramos los sanjuanes en este 2024? Se echarán las manos a la cabeza. Seguro. Sonreirán. Reirán. Hay algunas cosas que no podrán entender como yo misma, ahora, no entiendo. Por ejemplo, no le veo la gracia a encontrarme, el Domingo de Calderas, a las dos de la tarde, en la calle Laguna Negra, dos patas de toro atadas con cuerdas a una barandilla. Ninguna gracia. También he visto, otros años, los testículos colgados de la rama de un árbol en la Dehesa. No entiendo qué necesidad hay de subastar los despojos. ¿Para qué? ¿Para que acaben así? ¿Tirados? Eso sí que es cargarse las fiestas.