No sé si los titulares de prensa de la semana del 12 al 17 del mes pasado eran hiperbólicos, realistas o fruto de la voluntad del redactor. En todo caso, reflejaban una realidad positiva, optimista y deseable en Soria. Tanto que, enseguida, me vino a la memoria un verso de las 'Geórgicas', de Virgilio, que se ha convertido en lema de muchas instituciones. Es este: «Labor omnia improba vincit» (traducido, viene a decir que «el trabajo tenaz todo lo vence»). Para no cansar con tantos titulares, selecciono los siguientes, que me parecen los más ilustrativos e ilustradores: 'Caja Rural creará una gran fundación para dar continuidad al trabajo de Soria Activa y la Fundación Científica', 'Surge un movimiento ciudadano en Almazán'; 'La Cámara de Comercio, lista para celebrar su 125º aniversario'; 'El «lujo» de vivir en Soria, Cuenca y Teruel' o 'La mirada hípster de la España vacía'. A pesar de que el lector los recuerde, así como sus contenidos respectivos, quizá convenga casi memorizarlos y darles el significado adecuado, que, a buen seguro, la mayoría de lectores coincidirá en lo positivo de sus contenidos.
Una deducción inmediata nos dice que tenemos, por fortuna, una sociedad civil dinámica y comprometida, en la que se desarrollan iniciativas personales y de grupo, emprendedores que ponen esfuerzo y voluntad, que definen con claridad los objetivos hacia el futuro que se quieren conseguir. Y añado, sin pretender exagerar, estas virtudes más: voluntad, organización, acción tras definir con claridad las metas, estrategias. Aunque me repita: ¿No es eso una sociedad civil comprometida y dinámica? Emprendimiento, en definitiva. Desde el momento en que diferentes grupos sociales, cada uno en su parcela, y cuanto más heterogéneos más efectivos, toman la iniciativa se nos está descubriendo que hay ciudadanos conscientes de las realidades en las que vive Soria, con el convencimiento de que el trabajo organizado, el tesón, la presión necesaria y el empuje pueden influir, cuando es necesario, en las instituciones diversas, central, autonómica o local, que rigen la sociedad. Como ese grupo de Almazán. Una prueba más de que vivimos en una sociedad madura, consciente de la realidad y sabedora de que, si no hay actividad y compromiso, no todo se consigue. «El objetivo es servir de puente entre las necesidades de la población y el ayuntamiento, así como reforzar y dinamizar el tejido empresarial, social y cultural», proclamaban los impulsores de este movimiento adnamantino.
Si al principio de mis palabras citaba a Virgilio, permitan que al final lo haga con otro clásico, Publio Siro: «Ibi semper est victoria, ubi concordia est», es decir, que «siempre hay victoria, donde hay unión». Y creo que, en todo esto, fruto de mucho tiempo y esfuerzo, es de justicia poner algunos nombres porque el voluntarismo, acompañado del tesón, tiempo y dedicación, puede mover montañas. De momento, aquí dejo tres nombres propios. El de Juan Manuel Ruiz Liso, el de Alberto Santamaría y el Colectivo (con mayúscula), de Almazán… Pero muchos otros hay y de ellos habrá que decir. Sociedad civil organizada, o sea, acción social materializada por individuos y grupos no dependientes del Estado. Interés general y conciencia democrática, en el convencimiento de que muchas cosas son posibles.