José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Burocracia inerte

01/10/2023

Quiso la casualidad o las circunstancias del momento, que mi domicilio en Soria lo estableciera, hace casi cuarenta años, con vistas a la penitenciaría, ahora desalojada en la calle Las Casas. Es por esa razón por la que no encuentro manera de olvidarme de lo que fue y sobre todo de lo que, en breve, debería o podría ser.
Como sabrán la idea del Ayuntamiento era recuperar el inmenso solar que ocupa, otrora en la afueras, en las eras de Santa Bárbara para ser exactos y ahora en una zona muy poblada de la ciudad y bien dotada de servicios y mejor aún si alguna vez la Junta de Castilla y León construye, también en ese barrio, el prometido Centro de Salud Soria Norte. Digo recuperarlo porque en su día se cedió para el uso concreto que se la ha dado y por lo tanto, con la nueva cárcel en Las Casas en marcha, es el momento de devolverlo. Es trámite del Gobierno de España y sin que se sepa por qué, se está retrasando año tras año.
¿Qué prisa hay? Dirán ustedes. Ese suelo cada vez es más valioso y bastaría una modificación urbanística para que pase de dotacional a urbanizable para poder darle una buena salida. Pero el caso es que los que vemos cada día la fachada de esta mole, constatamos el deterioro de la estética urbana que se produce por la falta de mantenimiento, no tanto del edificio como de su entorno. Varios abetos de su zona ajardinada se han secado y puede que el resto no tarden mucho. La maleza se ha adueñado de ese espacio y me temo que la administración propietaria, insisto, el Gobierno de la Nación, no parece preocupado por hacer un apaño que disimule el abandono.
Cuando la nueva prisión parece que va a incrementar en breve sus inquilinos y supongo que también su plantilla, bueno sería dar salida a este espacio cuanto antes. Quién sabe si con algún proyecto que permitiera, por ejemplo que una empresa pública municipal utilizara parte del suelo para vivienda pública de alquiler que buena falta hace. De hecho los aspirantes a residir en Soria, tras obtener una plaza como funcionarios de prisiones, seguro que agradecían un acceso a la vivienda que no se les lleve más de la mitad del sueldo, aunque, ahora que lo pienso, no sé si me agradaría salir de la cárcel y marcharme a mi casa en un bloque a compartir con compañeros del trabajo. Así no hay quien desconecte.
Bromas aparte hay dos pasos que deberían ser inminentes. Primero una gestión ágil, para variar a fin de reintegrar el solar por parte del Estado al municipio y segundo hacer de él un espacio urbano agradable y sobre todo útil para subsanar las carencias que tiene la ciudad y que suponen un grave problema para traer mano de obra y recuperar población.