Mi padre, cuando te iba a dar una opinión que sabía que no te iba a gustar, la anticipaba con un, «no te sepa malo, pero…»,  como para suavizar lo que se avecinaba. Frente a la exultante reacción de Mañueco con el informe Pisa que sitúa a Castilla y León a la cabeza con Asturias y Cantabria, yo le diría, «no te sepa malo, pero», aunque está muy bien el informe Pisa, las aulas de Castilla y León se quedan vacías. Así lo refleja otro informe, el del centro de políticas económicas EsadeEcPol (el centro de investigación de política económica de Esade), publicado el pasado mes de septiembre.
Según este estudio, en España, la ESO (alumnos de 12 a 15 años) perderá un 25% de alumnado en 2037 comparado con 2013. Castilla y León es la comunidad más perjudicada: en global marca un 27,3% de caída en esos 24 años, es decir, casi un tercio de alumnos. En el lado opuesto, Madrid y Barcelona perderán menos de un 10%, mientras que Navarra y Baleares no disminuirán nada. 
Por provincias, en Castilla y León, Zamora será la peor parada con una pérdida del 44%, León un 34%, Palencia un 31% o Salamanca un 30%. La menos perjudicada será Soria con un descenso del 11%, porque ya tiene tan pocos alumnos que es muy difícil perder muchos más. No sé qué resultados arrojará el informe Pisa dentro de 24 años, pero parece evidente que en Castilla y León cada vez tendrá más dificultades para encontrar alumnos a los que someter a sus pruebas y test.
Hay más motivos relacionados con la educación, que deberían borrar esa sonrisa exultante, eufórica y entusiasta del Presidente Mañueco, porque según otro estudio, en este caso de la Universidad Autónoma de Barcelona, Castilla y León es la comunidad con las tasas más altas de 'fuga de cerebros'. Un 54% de los jóvenes de Castilla y León que emigran hacia otras partes de la geografía española tienen un título universitario, frente al 37% de los titulados nativos de otras autonomías que residen en la Comunidad. Vamos, que Castilla y León forma a esos alumnos brillantes que recoge el informe Pisa para marcharse, porque en otros territorios hay mejores oportunidades. 
Hay otros problemas vinculados a la educación que deberían propiciar más prudencia por parte de Mañueco a la hora de sacar pecho con el informe Pisa. El presidente debería mostrarse más cauteloso, porque frente a ese buen resultado, hay otros problemas que se alargan en el tiempo como la tasa de interinidad del profesorado en Castilla y León que es del 26,57%.
Ese entusiasmo que ha paseado estos días el Presidente de la Junta de Castilla y León con el informe Pisa podría ir de la mano de soluciones al gran problema de esta comunidad, la despoblación, que se proyecta, entre otras cosas, en la educación, como lo demuestran los porcentajes repasados sobre fuga de cerebros, pérdida de alumnado o interinidad.