Recientemente coincidí en un evento con un político con cargo institucional soriano. Su saludo, dos besos incluidos, fue directo y escueto: qué bien escribes y qué mala baba tienes. Creo que la primera parte de la frase era sincera. La segunda, no lo creo, estoy convencida, la sentía en lo más hondo de su corazón. En fin. Cosas del directo. Entiendo que hay opiniones sobre opiniones para todos los gustos, pero la forma de mostrar la discrepancia demuestra la educación de cada cual. No le había dado más importancia a la mala baba del que me acusó de mala baba hasta que vi el saludo flácido de Carvajal (el futbolista) a Sánchez (el presidente del Gobierno). Lo mismo, cosas del directo. ¿Qué hubiera ocurrido si hubiera sido al contrario? Imaginemos que la flacidez manual la hubiera demostrado el presidente del Gobierno al futbolista con el que no comulga ideológicamente.
Demostrando, demostrando, que es gerundio, nos encontramos, en la celebración de la Eurocopa (lo que ha dado de sí la Eurocopa) con los que no tienen mala baba, sino con los que se les cae la baba al mirarse. Es el caso de la infanta Elena (dice que hay llamarla Doña Elena) y el alcalde de Madrid bailando al ritmo de «Gibraltar es español». Ambos se sonreían y miraban con real complicidad. Debe de ser porque han emparentado y a la hija del emérito le tira más el primo José Luis que el primo Charles (en español Carlos III). Cuando te vienes arriba, aunque te apellides Borbón, el corazón bombea la sangre azul igual que si fuera roja y así, al ritmo de «Gibraltar es español», sin pensarlo, puedes crear un cisma internacional con todo tu doña fluyendo por tus venas.
Hay que tener muy presente la historia. Es una asignatura muy importante. Hay que estudiar, porque el saber no ocupa lugar y porque el conocimiento te hace libre. Los bachilleres sorianos que se matricularon para la EBAU extraordinaria no han debido de estudiar mucho, porque son los que peores notas han sacado del distrito de la Universidad de Valladolid a la que pertenecen. También han conseguido el récord del menor porcentaje de aprobados. En Soria aprobó el 78,85%, en Palencia el 93,69%, en Segovia el 93,86% y en Valladolid el 92,83%. En cuanto a la nota media, en Soria es del 6,02, en Palencia 6,18, en Segovia 6,07 y en Valladolid 6,22. Pobres alumnos sorianos, ¿a quién se le ocurre poner la EBAU extraordinaria justo una semana después de San Juan? Eso sí que es mala baba. Ahora a ver en qué carrera universitaria pueden matricularse por aquello de si les da la nota. Como cada año, llega la reiterada preocupación social por la realidad que se nos plantea: los jóvenes se marchan, porque en Soria hay pocas opciones para estudiar. Jóvenes que se marchan, no vuelven y engrosan el gran problema de la despoblación al que los políticos, incluido el que se queja de la mala baba, no ponen solución.