Como profeta no tengo precio. Jamás se me pasó por la cabeza que Pedro Sánchez llegara a la Secretaria General de su partido, el PSOE. Menos aún que alcanzaría la presidencia de nuestro país aliándose con sus peores enemigos a los que nunca regaló una buena palabra. Este es sólo un ejemplo de la escasa visión de futuro que me adorna y por lo tanto sepan que escribo estas líneas con más dudas sobre mí mismo que sobre sus protagonistas. Carlos Martínez suena como candidato a liderar el PSOE de Castilla y León a la vista de que no hay manera de apear a los populares de una poltrona de pide a voces un cambio, aunque sólo sea para ventilar un poco la administración autonómica que falta le hace. Decían mis abuelos que 'cuando el río suena agua lleva', pero todo está por decidir y si algo caracteriza al alcalde de la capital es que carece del don de la oportunidad para ponerse al lado de los que serán coronados en su partido. Se posicionó con Carme Chacón y perdió la partida lo hizo más tarde al lado de Susana Díaz, ex presidenta andaluza, con el mismo resultado pero, entretanto, acumulaba legislaturas con resultados históricos y los más destacados en un ayuntamiento de capital española. Le iguala Abel Caballero, pero Vigo no es capital de provincia aunque supere en habitantes a Pontevedra.
Martínez acredita, además de una notable capacidad de gestión en lo que le compete, unas capacidades valiosas a la hora de empatizar, ya sea un vecino de su ciudad o un cargo de organismos europeos o mundiales, al lado de cual accede a organismos de municipios o lo que haga falta. Pero volvamos al planteamiento que hay sobre la mesa respecto al próximo secretario general del PSCYL y por lo tanto como candidato a la presidencia regional en los próximos comicios.
Carlos Martínez asegura que la Alcaldía de Soria le llena plenamente. Y le creo. Pero es un trabajo muy cercano a la gente y cuando algo no sale bien hay que dar la cara. Él la da, pero a costa de una erosión que poco a poco corroe ese entusiasmo y voluntad que impulsa la gestión del día a día. Creo, sinceramente que quiere salir de la casa consistorial en 2027. Que lo necesita. Reconozco que, desde que he pasado a ser un periodista amateur, mis contactos cara a cara con Carlos son poco frecuentes, por eso tengo que sustentar en intuiciones y sospechas los juicios que ahora expongo.
Sea como fuere tengo la impresión de que la opción de que Carlos Martínez llegue a la secretaria general de su partido es clara. No hay nadie con su trayectoria ni con cuajo suficiente para afrontar este reto. La otra pregunta es: ¿hay aquí alguien que pueda sustituirle en la candidatura a la alcaldía?